Domina lo esencial: proporción, molienda, tiempo y temperatura. Aprende cómo cada variable transforma la taza y comienza a preparar café de especialidad con intención.
Por qué la extracción artesanal importa
La preparación manual es una forma de escuchar al grano. Cada método revela facetas distintas: claridad aromática, textura carnosa o dulzor profundo. A diferencia de las máquinas automáticas, los métodos artesanales permiten intervenir con intención —y así descubrir capas sensoriales que muchas veces permanecen ocultas.
1. Proporción: el punto de partida
La proporción relaciona el peso del café con el volumen de agua. Es la fórmula que define la intensidad de tu taza. Para café de especialidad recomendamos una base alrededor de 1:16, que puedes ajustar según prefieras una taza más ligera o más concentrada.
2. Molienda: el control de la extracción
La molienda define la velocidad a la que se extraen los compuestos solubles. Un molido más fino acelera la extracción; uno grueso la ralentiza. Cada método tiene su punto ideal:
- Prensa Francesa: gruesa
- V60 / Kalita: media
- Aeropress: media-fina
- Moka Italiana: media-fina
Regla práctica: si tu taza está amarga, prueba una molienda más gruesa; si está ácida o aguada, afina un poco la molienda.
3. Tiempo de infusión: el ritmo del sabor
El tiempo que el agua permanece en contacto con el café determina qué notas predominan. Aquí algunos rangos de referencia:
- Prensa Francesa: ~4 minutos
- V60: 2:45 – 3:15 minutos
- Aeropress: 1:30 – 2:00 minutos
- Kalita Wave: 3:30 – 4:00 minutos
Un contacto corto resalta la acidez y frescura; uno más largo enfatiza cuerpo y dulzor.
4. Temperatura: el activador sensorial
La temperatura del agua regula la velocidad de disolución de los compuestos del café. Recomendamos trabajar entre 92°C y 96°C. En zonas de mayor altitud, ten en cuenta que el punto de ebullición baja: ajusta la temperatura y observa cómo cambian los matices.
Un tip práctico: si no tienes termómetro, deja reposar el agua 30 segundos tras hervir para acercarte al rango ideal.
5. Turbulencia: movimiento y equilibrio
La turbulencia (vertidos, remociones) ayuda a que el flujo de agua atraviese el lecho de café de forma uniforme. En métodos de vertido, usa movimientos circulares y constantes; en prensa y Aeropress, una ligera agitación al inicio mejora la extracción.
6. Calidad del agua: el ingrediente invisible
El 98% de tu taza es agua. Su mineralidad afecta la percepción de acidez y cuerpo. Un agua demasiado alcalina puede aplanar la acidez, mientras que un agua muy blanda puede dejar la taza apagada. Usar agua filtrada de buena calidad es una inversión que transforma la bebida.
Conclusión: preparar café es un acto consciente
Dominar estos principios te permite convertir la rutina en ritual. Cada variable —proporción, molienda, tiempo, temperatura, turbulencia y agua— es una paleta para pintar la taza que deseas. Experimenta, toma notas y haz del café una práctica personal de descubrimiento.
El café no se improvisa, se revela. Cada taza cuenta una historia del origen y del cuidado detrás de ella.
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